Todas las personas con y sin discapacidad tienen derecho a recibir Educación
Sexual; las personas con discapacidad tienen un desarrollo biológico en las
mismas condiciones que cualquier otra persona y pasan por las mismas etapas
teniendo cambios hormonales, afectivos y sentimentales como cualquier otro
ser humano.
Es fundamental que en la escuela se oriente a estudiantes y a padres en
cuanto a la educación sexual de las personas con discapacidad y se brinden
estrategias a las familias para orientar a sus hijos en cuanto a este aspecto vital
para cualquier persona.
Las personas con discapacidad tienen el derecho a:
Conocer porqué cambia su cuerpo.
Entender las reacciones y sensaciones que empiezan a sentir a medida que crecen.
Conocer formas como controlar sus impulsos sexuales.
Reconocer que les atrae otra persona.
Conocer los derechos y los límites que debe haber en las relaciones sociales y afectivas con quienes les rodean, enmarcadas en el respeto hacia el otro y hacia sí mismos.
Identificar cuando están siendo vulnerados sexualmente.
Saber cómo protegerse del acoso sexual.
Hablar de lo que les sucede y pedir consejo y ayuda cuando lo necesiten.
Recordemos que como cada uno de nosotros son personas y que, como
personas, necesitan ser guiados en casa y en las instituciones para desarrollar
su vida social, emocional, sexual y en todas las áreas que hacen parte de cada
uno de nosotros, los seres humanos.
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